Que emprender en España no es nada fácil no es algo que diga sólo yo, sino que es algo con lo que los emprendedores también tenemos que lidiar.
Muchas trabas burocráticas, “peleas” con el funcionario típico de la Administración, luchar por conseguir que no te cobren excesivas comisiones en el banco para tu día a día, visitas al Notario, trámites no sólo online sino también en las oficinas de Hacienda y otros organismos… Si te paras a pensar se te quitan rápido las ganas… Y eso que todavía no hemos hablado de lo que quieres vender, sea un servicio o un producto.
Con casi todos los valientes que hablo y que se han decidido a embarcarse en la aventura de crear su propia empresa, me comentan lo mismo. Muchas veces no te desanima el no conseguir “vender tu producto”, sino el tiempo y dinero que tienes que perder en tareas que podrían ser mucho más sencillas y económicas.
Y, por otro lado, el emprendedor tiene que luchar con la presión social. Con el “¿y no es mejor que trabajases por cuenta ajena?”, “lo veo muy complicado, mejor no sigas”, “emprender, ¿tú?” …