Como ya os comenté en el anterior artículo he montado una empresa de pádel y ahora estamos en la fase de adaptación a este mercado tan “peculiar” (por decirlo de alguna forma, ya os iré contando), y poco a poco vamos dando a conocer nuestro proyecto y los productos que vendemos.
¿Y una balanza digital para qué?
Sí, yo al principio también me lo preguntaba, pero ahora que estoy de lleno en el tema ya sé que es muy importante contar con una balanza cerca ya que en el pádel, como en otros deportes de raqueta, unos pocos gramos de más o de menos pueden suponer mucho.
Principalmente se usa para pesar las palas que nos suministran las marcas que comercializamos. Por lo general, muchas marcas ya indican el peso de cada pala, pero hay que tener en cuenta al cliente actual, cada vez con mayor nivel de exigencia y conocimiento, que te pide pesos casi exactos a lo que busca para confirmar la compra. Además de que en ocasiones se producen errores en el peso que viene indicado desde fábrica y es necesario rectificar.
En el pádel se tiene que tener especial cuidado con el peso de la pala con la que jugamos, ya que llevar una pala pesada nos puede acarrear problemas tanto de muñeca como de codo. Además de que tenemos que saber qué tipo de juego es el que nos gusta practicar para inclinarnos por una pala u otra.
Al peso en sí de la pala, tenemos que sumarle el overgrip que le pongamos al mango (hay algunos que les ponen uno o dos overgrips, e incluso he visto alguno que le pone 3 y 4, también es cierto que tienen manos grandes), y si le ponemos protector para evitar que en los roces con las paredes o el suelo se nos estropee la pala. Todo esto cuenta y va sumando, de ahí que se nos haga necesario el contar con un medidor, báscula o balanza y, hoy por hoy, lo más fiables son las digitales.
Nosotros ya contamos con nuestra balanza compacta con precisión digital, un modelo de reducidas dimensiones, con una capacidad de peso de hasta 4 kilos (no os asustéis que no hay palas tan pesadas), y que tiene un coste de 52 euros. Las hay más caras y más baratas, pero por las funcionalidades que tiene, el diseño chulo y reducido, me parece que está genial.
Ya hay un aparato más en la oficina que, poco a poco, se va llenando de cajas y más cajas. Aunque lo bueno es que ocupa muy poco y se puede guardar en un cajón.
Ahora lo malo es que mi mujer ha visto lo chula que es la báscula y ya me ha dicho que tenemos que comprar otra para la cocina :).
¡Ya tenemos el lío!
Bueno no, que cuesta poco (para la calidad y precisión que tiene), y la verdad es que con la comida del peque nos va a venir muy bien ya que tenemos que empezar a pesar todos los ingredientes (cosa que hasta ahora veníamos haciendo a ojo).